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furia } y { colmillo Iniciativa autgestiva co-ideada y co-autogestionada por Jimena Andrade y Santiago Moreno Andrade. 2014 - 2020 Texto escrito en marzo de 2015 Los precios corresponden a los de esa época.
Guasca - Gundinamarca. furia } y { colmillo es un proyecto de www.interferencia-co.net en el que a través de una práctica de autogestión, se busca promover en el cotidiano de nuestra vida, alternativas al modelo económico actual mediante la elaboración venta y circulación semanal de productos derivados de la huerta y la leche, y la circulación de piezas comunicacionales, que por un lado, devienen del trabajo en la tierra y el campo, y por otro, portan un mensaje de resistencia y soberanía alimentaria.
furia } y { colmillo no es un reclamo nostálgico para retornar a una vida originaria, es una propuesta para regenerar los espacios de autonomía que la industrialización nos amputó, al hacernos creer que nuestras vidas no pueden existir sin que consumamos los productos suplen las necesidades que nos diseñaron. Negri dice que “hay una subsunción total del capital en todas las instancias de la vida” esto deja claro que los productos hechos artesanalmente no son necesariamente una alternativa al modelo capitalista, puede ser una variante de éste, por esto, la alternativa entonces está en pensar la propia economía desde las posibilidades que la autogestión y la economía solidaria portan.
Ideas a destacar, presentes en: La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Walter Benjamin
furia } y { colmillo Contradicciones presentes en la economía de la leche, la tierra y el trabajo en el campo. Indicaciones: Puede leer cada párrafo separadamente o en conjunto; cada párrafo sin excepción presenta una contradicción.
Somos una familia urbana compuesta por mamá e hijo, Jimena Andrade y Santiago Moreno Andrade. Desde hace un año nos mudamos de Bogotá a una vereda en Guasca, a una hora de la ciudad, buscando autogestionar instancias de la vida y garantizar condiciones de autonomía. La economía familiar no se centra en la actividad agrícola, hay un vínculo directo con Bogotá y con lo que hemos construido como artistas durante varios años, los ingresos también provienen del trabajo como docente en una universidad en Bogotá y proyectos que se vinculan con la cultura. En Guasca tenemos una huerta, gracias a un pequeño banco de semillas libres de patentes que hemos intercambiado a lo largo de tres años para garantizar que no se extingan variedades de papa, maíz, quinua, amaranto, etc. práctica que indígenas y campesins latinoamericans realizan desde hace siglos; la tierra se nutre de las lombrices que cultivamos y el compost que hacemos; tenemos dos vacas que a su vez alimentan a dos terneras y dan leche para la familia y para hacer productos que comercializamos en la ciudad con conocidos y amigos. El arriendo nos sale más barato que en Bogotá, logramos pagarlo gracias al trabajo que en familia hacemos en la tierra. Vivir cerca de la ciudad porta complejidades que se evidencian en las formas en que ls campesins se relacionan con sus oficios, con la tierra, con los alimentos que consumen y la forma en que los adquieren; en Guasca no hay plaza de mercado, la comida llega de la central de abastos de la ciudad y esto hace que sea caro comprarla en el pueblo; los lugareños, en su mayoría campesinos, ya no quieren dedicarse a las labores del campo como sembrar, hacer quesos u ordeñar, ahora prefieren trabajar como empleads de servicio, celadors o trabajadors en conjuntos residenciales de familias de clase social alta en casas entre Guasca y Bogotá, que gentrifican totalmente la región; algo que surge de esto es que para llegar a Guasca hay que pagar dos peajes, lo cual encarece el transporte.
A pesar de los dos peajes vamos a Bogotá semanalmente a vender los productos y mitigar, en parte, la acción de la industria lechera sobre nosotrs; los productos tienen doble función: una pedagógica que autogestiona la ideas de comercio justo, producción solidaria y alimentación sana, y otra que autogestiona la supervivencia de la actividad agrícola a la que nos queremos dedicar. La familia vecina tiene un terreno propio, allí vive Doña Eva y sus hijas; ellas le arriendan un tercio de la finca a un empresario para un cultivo de flores; este negocio es muy tóxico a nivel ambiental y laboral, ls trabajadors de las flores son mal pags y están todo el día en contacto con agrotóxicos. La nieta de Doña Eva es trabajadora, en su propia tierra, en el invernadero que este empresario montó. Doña Eva hacía quesos en su juventud y los vendía; dejó de hacerlos por que le pagaban $2.500 pesos por la libra de queso que el comerciante vendía a $5.000. Una libra de queso se hace con cinco litros de leche. Cuando se consigue algo muy barato en el mercado, a alguien se está explotando en la cadena de producción. (Cabe aclarar que este texto fue escrito en 2015, dos años después, a la fecha de su publicación en internet en 2017, el camión de la leche sigue pagándola al mismo precio.) Para hacer la huerta, se le cambió el uso a una pequeña porción del terreno que en su mayoría está destinado a forraje para las vacas. Removimos el pasto a mano para compostarlo; a pesar de que sí existen campesins organizads que defienden la soberanía de su territorio, una vecina campesina nos pronosticó el fracaso absoluto de lo que estábamos haciendo, nos dijo: “¡se nota que Uds. sí no saben es nada! Lo que se hace es quemar el pasto con “Ronda” (Ronda es la forma como las personas del campo le dicen al Round Up.) y después le echa un triple 15 (Triple 15 es un fertilizante químico a base de Nitrógeno, Potasio y Fósforo) para que nazcan las matas”. Su padre sembraba con semillas que guardaba e intercambiaba, y abonaba la tierra con el compost que él preparaba.
¿Cómo podemos contrarrestar el impacto que sobre nuestras vidas ejerce el aparato ideológico de la economía neoliberal, cuando por un lado se romantiza la noción de “campesino”, por otro, ciertos sectores del campesinado en algún momento fracturan su tradición para subordinar, en aras de un supuesto progreso, sus formas de vida campesinas y de agricultura familiar a las necesidades de la industrialización, y por otro muchs campesins resisten organizadamente a este magma de desigualdad? Si se quieren garantizar condiciones de autonomía y autogestionar la vida, hay que defenderse con furia y colmillo de la acción neoliberal.
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